lunes, 28 de febrero de 2011

El modelo feminista no está en crisis


El pensamiento feminista ha sido fundamental para reinterpretar nuestro entorno y para enseñarnos a mirar con nuevos ojos la sociedad en que vivimos. El feminismo ha supuesto la toma de conciencia de las mujeres como clase social y, con el propósito común de construir una sociedad que reconozca a las mujeres como integrantes de la sociedad y de la política, ha proporcionado una revolucionaria reconstrucción de los comportamientos, ha aportado nuevos valores de convivencia, nuevas relaciones humanas, nuevos lenguajes, cambios en las representaciones simbólicas y lo establecido desde la supremacía masculina, cambios en las instituciones y, además, ha significado una ruptura con la exaltación épica del heroísmo viril que nos ha legado la tradición. Gracias a las acciones que se han abordado desde el feminismo, se han puesto en duda
creencias y estereotipos que limitaban a las mujeres y se ha logrado cambiar las estructuras básicas de la sociedad que se basaban en la institución patriarcal que ha considerado durante siglos a las mujeres como seres inferiores y dependientes de la tutela de los hombres.
El feminismo simboliza el encuentro de mujeres buscando formas de acción y alianzas políticas en busca de proyecto común que rescate a las mujeres del silencio en el que han vivido durante siglos. El modelo feminista cuestiona la desigualdad, la violencia, la crisis económica, la discriminación, el caos sociopolítico, las formas
de convivencia basadas en la cultura patriarcal y, sobre todo y ante todo, genera propuestas ante
cualquier proyecto y circunstancias que puedan significar que la sociedad avance. Ahora bien, es verdad que hemos obtenido grandes logros, que hemos mejorado y hemos logrado el reconocimiento “formal” de la participación de las mujeres en igualdad, pero la realidad es tozuda y seguimos arrastrando una gran desequilibrio en la participación y en la toma de decisiones, seguimos estando en la cultura patriarcal y
en una concepción masculina y machista de la organización social. La responsabilidad de lo privado sigue siendo nuestra y, si no logramos que los hombres se conciencien de ello y compartan las responsabilidades familiares, las mujeres seguiremos estando en clara desventaja respecto a ellos. La igualdad pasa por la incorporación de las mujeres a un empleo de calidad en las mismas condiciones que los hombres, lo que exige un reparto igualitario de lo privado, es decir, del trabajo doméstico y de los cuidados.
Sin duda, las mujeres necesitamos equilibrar nuestros tiempos, pues sólo de esta forma se equilibrarán nuestras oportunidades y, para ello, son herramientas imprescindibles la corresponsabilidad en lo privado y el empoderamiento de las mujeres, pues son los instrumentos que nos permitirán encarar al patriarcado y remover las estructuras sociales condicionadas por la mentalidad machista. Por tanto, podemos decir que el debate aún no ha terminado, que el cambio de mentalidad
no ha llegado a su fin porque las desigualdades de género persisten en las instituciones sociales. Las mujeres debemos conseguir que el siglo XXI sea el siglo del empoderamiento de las mujeres, donde logremos la participación en igualdad con los hombres a nivel social, económico y político, es decir, en la toma de decisiones a todos los niveles. 
Quienes estamos en este camino cada día somos más y vamos a más y esto nos ha de dar ánimos para continuar con más ahínco e ilusión en esta lucha que todavía se prevé larga, pero que acabará siendo fructífera.

Por ello, desde la Organización de Mujeres
de la Confederación Intersindical animamos
a todos y a todas a luchar por una sociedad mejor
y más igualitaria, una sociedad basada en el respeto
mutuo que destierre la cultura patriarcal y
que recoja los principios del feminismo, porque
EL MODELO FEMINISTA NO ESTÁ EN CRISIS.

martes, 22 de febrero de 2011

Su vida, un movimiento artístico





Su pasión por las artes le llegó por la oratoria, cobró fuerza con el teatro y se enraizó con la poesía.
por Ángel Elías Foto: Hugo Navarro
Maya Cu Choc (1968) es una poeta y gestora cultural con raíces q’eqchíes que ha hecho de su vida un movimiento artístico. Es conocida por su participación en casi todas las ramas del arte, pero principalmente dentro de la literatura, gracias a sus tres publicaciones: Los Novísimos (colectiva), 1996; La Rueda, 2002; y Recorrido, 2005. Sin embargo, confiesa que una de sus pasiones es el teatro. Maya Cu es una artista comprometida y, con la sencillez que la caracteriza, nos muestra cómo la existencia se conjuga perfectamente con el oficio poético. Además es defensora incansable de los derechos humanos, lo que la convierte en una caja de agradables sorpresas. En la siguiente entrevista conoceremos un poco más acerca de su vida y obra.

¿Cómo se inició en la literatura?
Comencé a los 12 años. Siempre me gustó la poesía. Desde pequeña leí autores guatemaltecos, fundamentalmente los de la época criolla.

¿Cómo llegó a la poesía?
También a los 12 años di mi primer discurso con tinte social en escuela. Estudié los básicos en el Instituto Enrique Gómez Carrillo. Allí fue la primera vez que participé como oradora, aunque no tenía muy claro qué era oratoria. Mi papá hizo mi primer discurso. Pero no fue expuesto porque las maestras temían, dada la situación política del país —era la década de 1980—. La poesía entró a mi vida por medio de los concursos de oratoria y luego por declamación. Me gustaba saltar al escenario.

¿Qué la motivó a seguir experimentando en el arte?

El teatro. Ingresé a un proyecto de arte en la Escuela de Música de Proyección Folclórica Latinoamericana (Emprofola). Allí participé en todos los talleres que tenían marimba y canto. Emprofola no ofrecía cursos de teatro, por lo que decidí buscar en otro lado. Durante ese tiempo, el maestro Rolando Cáceres llegó al instituto donde estudiaba y lanzó una invitación para integrarnos a su grupo de teatro llamado Maíz y Jade. Montaba una obra llamada Dioses y héroes del Popol Vuh, la cual me llamó la atención. Participé con el personaje de Ixkik. El maestro siempre promovió teatro para estudiantes hecho por estudiantes. Ese fue mi despertar al arte profesionalmente. A los años salí de esta compañía y empecé a experimentar teatro popular. Más tarde ingresé en la Universidad de San Carlos de Guatemala, y a los dos años de estar ahí, una amiga me invitó al Paraninfo Universitario, donde entré en un taller de canto.

¿Y en la escritura?

SEn 1993 ya tenía escritos mis primeros poemas y los compartía con los amigos. Pero también tuve la suerte de encontrarme con un anuncio que publicitaba un taller de poesía. Junté todos mis textos y se los di a quien dirigía el taller, al maestro Marco Antonio el Bolo Flores —Premio Nacional de Literatura guatemalteca—. Allí dejé mis pasiones anteriores en segundo plano y me quedé con la poesía.

¿Qué tiene la poesía que la hizo dejar todo lo demás?


Aunque en aquel primer taller mi trabajo poético fue destrozado, fue ahí donde encontré mi voz. Poco a poco fui dejando el discurso social que tanto me había acompañado y alcancé la madurez que buscaba dentro del arte. Recuerdo que Marco Antonio nos ponía a criticar nuestra obra entre todos y él parecía divertirse con esos enfrentamientos.

¿Cómo surgió Los Novísimos?

En 1995, Marco Antonio nos propuso a Emilio Solano, Alfonso Porres, Juan Carlos Lemus, Fernando Ramos y a mí que participáramos en una publicación. El libro salió gracias al Ministerio de Cultura y Deportes y su recién iniciada editorial, dirigida en aquel entonces por Juan Fernando Cifuentes. Fue publicado en julio de 1996.

¿A partir de este aparecen sus posteriores publicaciones?

Nunca pensé en publicar sola, pero asistí a una presentación del libro de poemas de Francisco Morales Santos, quien me reconoció cuando me autografiaba un ejemplar. Me invitó a publicar con Editorial Cultura, de donde ya era el director. En esos años viajé a Estados Unidos a un encuentro poético, donde todos llevaron sus publicaciones, menos yo. Regresé a Guatemala, busqué a Morales Santos, quien me contó que saldrían mis poemas, y en mayo del 2002 apareció La Rueda, edición que se agotó dos años después. En el 2005 surgió Recorrido, mi segundo libro, el cual fue una publicación personal, casi familiar. Lo hice en la editorial donde trabajé; mi sobrino y un amigo suyo lo diagramaron, y la portada la hizo mi hija.

En este segundo libro aparecen mis trabajos ya publicados y los inéditos como Proyecto sangre y Alrededor de la casa. También aparezco en publicaciones francesas y canadienses.

¿Quién es Maya Cu dentro de su literatura?

Mi trabajo poético fue considerado por los reseñadores como solitario, doloroso y melancólico. Probablemente tengan razón. En este momento mi mundo ha cambiado y mi discurso está en una nueva búsqueda.

Qué dice del silencio en su obra estos últimos años?

No ha habido tal silencio. Me mantengo entre la defensa de derechos humanos y colaboraciones en libros, realizando radiodifusión y lecturas poéticas. He tenido la suerte de hacer lo que me gusta. 

Fuente: Revista D .. PRENSA LIBRE . 

lunes, 21 de febrero de 2011

Clara Zetkin.





«(...) como persona, como mujer y como esposa, la mujer no tiene la menor posibilidad de desarrollar su individualidad. Para su tarea de mujer y madre sólo le quedan las migajas que la producción capitalista deja caer al suelo»

Clara Zetkin (1857-1933) fue dirigente del Partido Socialdemócrata Alemán y organizadora de su sección femenina. Fundó el periódico "La Igualdad", que se transformó por 25 años en uno de los canales de expresión más importantes de las mujeres socialistas de su época. Combatió contra la dirección de su partido cuando ésta se alineó con la burguesía imperialista durante la I Guerra Mundial, y fue explusada del partido. Luego sería una de las fundadoras del grupo "Espartaco" y del Partido Comunista Alemán, por el que sería diputada desde 1920 hasta la llegada de los nazis, lo que le llevo a exiliarse en la Unión Soviética, donde moriría poco después.
Clara Zetkin fue una de las socialistas europeas que, en los albores del siglo pasado, propuso instaurar un día en homenaje a las mujeres obreras que habían dado su vida para exigir mejores condiciones laborales. Eso fue en 1910, durante el II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas, realizado en Copenhague. Al II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas asistieron más de cien delegadas de 17 países. Entre ellas estaban Clara Zetkin y Kathy Duncker, en representación del Partido Socialdemócrata Alemán, quienes presentaron la propuesta de conmemorar un día internacional de la mujer.


Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo
Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo en 1910


Las razones de tal propuesta eran evidentes para las mujeres socialistas. En el curso de los años anteriores a 1910, habían tenido lugar numerosas huelgas de obreras y obreros en Estados Unidos y en Europa. En 1908, por ejemplo, 40.000 costureras industriales de grandes fábricas estadounidenses se habían declarado en huelga demandando el derecho de unirse a los sindicatos, mejores salarios, una jornada de trabajo menos larga, entrenamiento vocacional y el rechazo al trabajo infantil.
Clara Zetkin tuvo la visión para entender, junto a otras mujeres, como la rusa Alexandra Kollontai, lo importante que era impulsar las demandas de justicia e igualdad de las mujeres trabajadoras. Por otra parte, la organización del 8 de marzo cada año por las mujeres socialistas de todo el mundo, servía a una reivindicación fundamental: el derecho al voto, sin el cual cualquier otra demanda se convertía en practicamente un imposible. De hecho, en muchas de las primeras manifestaciones del Día Internacional de la Mujer, la principal demanda era el derecho al voto. Hoy, en 2008, se la sigue recordando.




Clara Zetkin había nacido el 5 de julio de 1857 en Wiederau (Sajonia, Alemania), y era hija de un maestro rural. Cursó estudios de magisterio en Leipzig, entre los 19 y 21 años, época en la que contactó con los estudiantes y emigrantes rusos. Allí se inició en las ideas socialistas, y tambien allí conocio a Ossip Zetkin, un ruso que sería su futuro marido. En 1878 empieza su militancia oficiosa en el Partido Socialdemócrata, aunque a causa de la acoso que el regimen imperialista y burgués de Otto von Bismark ejercía sobre esta organazación, no llegó a inscribirse como miembro. Poco despues el Partido Socialdemócrata alemán fue prohibido por Bismark y perseguido en Alemania, teniendo sus dirigentes que exiliarse de su país.
Clara y Ossip Zetkin se instalaron en Austria, luego en Zurich (un importante centro de ideas socialistas con gente emigrada de diversos países por la persecución a que eran sometidos, allí Clara conoció por ejemplo a Louise Michel y a Jenny Marx), y más tarde en París. Ellos nunca se casaron, pese a lo cual ella adopto el apellido de su marido y tendrían dos hijos. Fueron muy felices hasta que Ossip murió de tuberculosis en 1889.
Tras la muerte de su marido, Clara decidió regresar a Alemania y continuar allí la lucha. Entre 1889-1890 hay un gran auge del movimiento obrero que se refleja en la creación de partidos socialistas en distintos países y se crea la Asociación Internacional de Trabajadores, más conocida como la II Internacional, fundada en París en 1889, a cuyos trabajos preparatorios y fundacionistas Clara Zetkin contribuyó. Entre 1891 y 1917, Zetkin estuvo a cargo de Die Gleichheit (La igualdad), importante revista -que llegó a tener 125 mil suscriptores- y que desde 1907 sería el organo oficial de la Internacional de Mujeres Socialistas.


Clara Zetkin, Friedrich Engels, August Bebel
Reunión de dirigentes socialistas durante el Congreso de Zurich en 1893. Clara Zetkin es la
tercera por la izquierda, a su lado esta Friedrich Engels y al fondo de la mesa August Bebel


En 1893 participó en el III Congreso de la II Internacional en Zurich. En 1898 Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo se encontraron en el Congreso del Partido Socialdemócrata en Stuttgart y al año siguiente volverán a trabajar en común en Hannover. Desde entonces, hasta que estalló la Primera Guerra Mundial, Clara participará en todos los Congresos de la II Internacional. Ella se había planteado como un objetivo fundamental la organización del movimiento de mujeres socialdemócratas.
En su lucha contra la guerra, lanzó un llamamiento a las mujeres socialistas para que se opusieran energicamente a una guerra que solo beneficiaba a la burguesía machista, clerical y explotadora, y convocó a una conferencia internacional de mujeres socialistas (la tercera que convocó) que tuvo lugar en la ciudad de Berna (Suiza) entre el 26 y el 28 de marzo de 1915, reuniendo a 70 delegadas de ocho países europeos. En esa conferencia se condenó la guerra imperialista con la consigna "Guerra a la guerra". Por ello fue encarcelada desde el 23 de julio hasta el 12 de octubre de este mismo año, tras lo cual no pudo intervenir activamente en esta lucha. Al año siguiente, 1916, se le prohibe hablar en público y se la excluye del Partido Socialdemócrata Alemán.
En su lucha por los derechos de las mujeres, Clara había convocado anteriormente a otras dos conferencias internacionales de mujeres socialistas, una en 1907 (Stuttgart) y otra en 1910 (Copenhague), en las que se había pronunciado por el derecho al voto de las mujeres, la lucha por el mantenimiento de la paz, contra la carestía de la vida y por los seguros sociales y medicinas para las mujeres y los niños.
 

En setiembre de 1915, mientras Clara y su amiga Rosa Luxemburgo se encontraban en la cárcel, tuvo lugar la Conferencia de Zimmerwald (una importante conferencia de dirigentes socialistas que se oponían a la guerra), en la que ambas mujeres fueron homenajeadas por su implacable lucha por la causa de la paz.
Una vez fuera de la carcel, y visto el desolador panorama de la izquierda anticapitalista, Clara junto a otros disidentes opuestos a la guerra como Rosa Luxemburgo o Karl Liebknecht fundaron la "Liga Espartaco", grupo revolucionario y antirreformista, y cuyo nombre hace referencia al mítico lider de la revuelta de los esclavos contra el Imperio Romano en el siglo I a.n.e. Sus miembros serían llamados espartakistas, y sería el antecedente directo del Partido Comunista Alemán, de cuya primera dirección formó parte Clara Zetkin.


La revolución obrera estalla en Alemania en 1918 y es liderada por los soldados rojos. Los espartakistas rompen con los socialistas independientes y junto con "radicales" de izquierda forman el 30-31 de diciembre el Partido Comunista de Alemania (KPD). Finalmente la revolución es derrotada y cruelmente reprimida, siendo asesinados varios dirigentes entre ellos Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Este hecho marcaría prifundamente a Clara, haciendo más fuerte si cabe su determinación a favor de la lucha anticapitalista y antirreformista.


En 1920, cuando Clara tiene ya 63 años de edad, es elegida diputada por el Partido Comunista. En ese mismo año tambien fue elegida Presidenta del Movimiento Internacional de las Mujeres Socialistas, y visitó por primera vez la Unión Soviética. Mantendría su puesto en el Reichstag hasta 1933, como una luchadora parlamentaria incansable, y sus intervenciones siempre fueron admiradas, en especial cuando en 1932 se opuso rotundamente a la ideología capitalista, antigualitaria y racista de Adolf Hitler.


Clara se exilia en la Unión Soviética en 1933 cuando Hitler toma el poder, como tantos otros compañeros y compañeras. Era gran amiga de Lenin, y en este país recibieron una cálida acogida, estando ya enferma, lo que sin duda fue un balsamo despues de tanta hostilidad y persecución en su país. En la URSS fue nombrada presidenta de la Junta Internacional de Mujeres; poco después de ese hecho, el 20 de junio de 1933, murió en un sanatorio de Arjangélskaia, cerca de Moscú. Tenía 76 años. Su cuerpo fue sepultado en las murallas del Kremlin.
Clara Zetkin fue una de las precursoras del feminismo, incansable en su lucha a favor de la paz en el mundo. Las mujeres y los hombres socialistas de hoy le debemos mucho a su valor, inteligencia y valentía.

fuente:http://mujeresriot.webcindario.com/Clara_Zetkin.htm

jueves, 17 de febrero de 2011

Julieta Paredes: "Feminismo Comunitario es Feminismo Revolucionario"

 
 
 
Victoria Aldunate Morales
Nos hemos hecho feministas para revolucionar la sociedad, si ahora podemos revolucionar el proceso de cambios que vive nuestro pueblo lo vamos a hacer... Feminismo es liquidar todas las opresiones...
 Julieta Paredes, Comunidad Mujeres Creando Comunidad
"FEMINISMO COMUNITARIO ES FEMINISMO REVOLUCIONARIO"
"Comunidad" y lo subraya: "Comunidad va dos veces, al inicio y al final". Y es que esa es la fuerza que sostiene su propuesta. "El Feminismo Autónomo y Anarquista, ya no era suficiente", dice. "El año 2000 fue la pelea del pueblo boliviano por el agua contra la trasnacional Betchel y nosotras no estuvimos ahí -ahí, que era justo donde había que estar- pero sí estábamos en los medios que sobreexplotaban nuestra imagen"…
Julieta es una creadora y no acepta que le digan "poeta", "cantautora" o "escritora" aunque es todas esas cosas, y más.
En octubre vino a Chile, invitada por la Colectiva Lésbica Feminista Moiras y el Fondo Alquimia. En su recorrido –Santiago y Concepción- entre los días 10 y 19, presentó su nuevo libro*, cantó –con una bella voz su poesía de amor-, participó en foros en poblaciones, en la Casa de Mafaldas, lesbianas feministas de Concepción, también en la Biblioteca de Santiago, y habló de Bolivia, del Feminismo Comunitario, de la Asamblea Feminista y su posturas frente al gobierno de "un hermano", Evo Morales, y no hubo quien no la entendiera porque Julieta no es una "intelectual", sino una feminista, lesbiana y comunitaria que se encuentra con las mujeres, las comprende y se comunica con ellas.
Muchas feministas autónomas no olvidamos a Mujeres Creando de los años 90. En el VII Encuentro Feminista Latinoamericano y De El Caribe, realizado en Cartagena de Chile (año 1996), Mujeres Creando fue una de las principales fuerzas para que tantas lográramos definir la Autonomía política y diferenciarla de la institucionalidad. Ellas denunciaron: "¡Cuidado, ahora el Patriarcado se disfraza de Mujer angurrienta de poder!", y su acción concitó la airada reacción de mujeres feministas que se retiraron indignadas (… se ve que se sintieron identificadas con la institucionalidad…).
¿Esas Mujeres Creando se dividieron luego?
Sí, fue en 2002, hace 6 años atrás. Lo personal es político, pero en este caso, si bien las influencias están, no tuvo que ver directamente el hecho de que ya no éramos pareja María** y yo. La separación de pareja fue el año 1998, y la división política de Mujeres Creando fue el año 2002. O sea que el grupo no se dividió por nuestra separación, sino por otras diferencias políticas. Creo que hay un hito que va marcando esa división. El año 2000 viajamos a una Megamuestra de Arte en el Museo Reina Sofía de España. Nos habían invitado a una muestra de Arte Contemporáneo Latinoamericano de vanguardia, y nos dieron dos salas para nosotras solas. La intelectualidad europea nos reconocía… o, tal vez, nos mostraba… pero ¿y el pueblo latinoamericano, especialmente el boliviano que era el nuestro, qué?... Sentí que estábamos metidas en un lugar que no era el nuestro o al menos no era el que varias de nosotras queríamos… Ahí se inicia la división y se termina en una triste reunión que dura un día entero, con mucho dolor…
¿Me quieres decir que se estaban trasformando en una elite feminista, aunque radical?
Más o menos. Un grupo, y un movimiento tienen que ser calidad, sí, pero también cantidad. Muchas veces llegamos a reuniones en las que se trataban cosas importantes para las mujeres y hombres bolivianos, y no nos conocían, no sabían de nosotras y nuestras propuestas. Yo no creo en un movimiento que se autodesigna vanguardia iluminada porque es con el pueblo que vamos a hacer lo que hay que hacer…
¿Cuándo y por qué surge la Asamblea Feminista?
Después de la división de Mujeres Creando, la comunidad se vuelca a los sectores populares y organizaciones sociales de las mujeres. Con mucha paciencia desde abril del 2002 fuimos construyendo relaciones con mujeres de los barrios y también de El Alto. El año 2003 cuando se da la insurrección nos encontramos con estas mujeres en las calles luchando contra el neoliberalismo y la recuperación de los recursos naturales para nuestro pueblo. Ahí las compañeras se dieron cuenta de que nuestro feminismo no era de show ni para la tele, ni tampoco for export, que en realidad nosotras éramos feministas para nuestro pueblo, desde nuestro pueblo. Desde ese tiempo, nos seguimos reuniendo en el café “Carcajada” y nació la Asamblea Feminista que es una coordinación de diversos colectivos y feministas sueltas.
DEFINICIÓN DE PATRIARCADO Y LA LIBERACIÓN DE TODAS Y TODOS
"Un sistema de opresiones que oprime a la Humanidad entera en base al modelo de opresión de las mujeres por los hombres. Consecuente con esa definición buscamos la liberación de toda la Humanidad -no sólo para las mujeres- desde una propuesta y búsqueda que nace desde el cuerpo nuestro. Se trata de la liberación del Género Humano. La propuesta del anarquismo se queda en la Comuna, nosotras, feministas comunitarias, partimos de la Comunidad y vamos a trascender al Estado para hacer la Comunidad de Comunidades. Y la hacemos desde nuestros pueblos originarios. Hablamos de una forma alternativa, interculturalmente, convocamos a manejar las categorías del Feminismo como parte de la Liberación de nuestro pueblo. Es una metodología incluyente la nuestra".
¿No asumir la inclusión del resto del pueblo, sería algo así como fundamentalismo feminista, en tu opinión?
No es eso. Primero, no hay "El" Feminismo, hay Los Feminismos, que responden a diferentes intereses. Entre ellos a los de clase y casta o abolengo. -Es que eso de "no juntarse con la chusma" es una idea burguesa-. No es fundamentalista porque las feministas que piensan así no necesitan el fundamentalismo, son conservadoras en sí mismas, o sea, quieren conservar su sistema de privilegios de clase y castas. No es que sientan amenazado su Feminismo, sino su clase y piel. Es que necesitan marcar las diferencias de clase y etnia, algo así como "no nos metemos con ellos…"… Muestran actitudes maternalistas con las mujeres de clase baja, para ellas somos tan ignorantes que ellas nos van a enseñar los derechos a nosotras… Y claro, hay la idea de que el machista golpeador y abusador es el hombre pobre y la golpeada y humillada es la mujer pobre, mucho más si es indígena y vive en área rural. La clase media, los intelectuales y los burgueses no reconocen las formas de violencia, humillación y control represivo que ejercen sobre "sus" mujeres, pero ellas tampoco lo reconocen, siempre están bien compuestas para las fotos de las páginas sociales. Entonces desde esta ficción, nos quieren decir a nosotras como deben ser nuestros derechos… Sería bueno que sacaran estudios sobre la Violencia entre intelectuales, clases medias y burgueses ¿no?...
¿Feministas comunitarias es feministas revolucionarias?
Sí, estamos posicionadas desde la convicción de que Feminismo es liquidar todas las opresiones. Muchas veces, otras feministas se paran desde la creencia que se trata solo de la opresión de los hombres sobre las mujeres, entonces no es el sistema de opresiones del que están hablando ni el que están desafiando. Pueden ser "solidarias" con los mapuche y los obreros "correctos", pero también pueden pararse desde el púlpito a decirles a las izquierdas, a los indigenistas, lo mal que lo hacen, y sin aportar su propia lucha para la transformación de las injusticias que la izquierda y los indigenistas combaten.
Nosotras somos feministas para transformar la realidad, creemos que es posible el cambio y no sólo el cambio, sino el cambio revolucionario. Para nosotras el Feminismo es la lucha de cualquier mujer en cualquier parte del mundo en cualquier tiempo de la Historia contra el Patriarcado que nos oprime. Por eso el Feminismo es esperanza para toda la Humanidad, es reconstituir un equilibrio necesario.
Tú trabajas actualmente en políticas feministas en el gobierno de Evo, algunas te acusarán de estar “cooptada”, otras diremos que construyes… ¿Qué dices tú?
Cuando nos hemos hecho feministas es para revolucionar la sociedad, si ahora podemos revolucionar el proceso de cambios que vive nuestro pueblo lo vamos a hacer, y en eso estamos. La Viceministra de género nos convocó a hacer el marco teórico del plan de las mujeres pues reconoce nuestro trabajo y compromiso. Yo creo que a ellas mismas les ha sorprendido la propuesta, porque nada que ver con lo que hasta ahora se produjo en las o­nGs y los movimientos sociales. Nosotras, la Asamblea Feminista, somos y estamos inmersas en los movimientos sociales como feministas, somos parte y como parte actuamos también.
Solo una mujer burguesa y egocéntrica puede querer que su pensamiento lo maneje solo una elite -total sólo necesita mostrarse, lucir su intelecto y genialidad, total, tiene sus necesidades cubiertas-. A nosotras, las mujeres comunes y corrientes que sólo queremos ser felices y que todo el mundo lo sea, no nos interesan esos premios patriarcales, para satisfacer nuestras necesidades de vivir bien, felices y con mucho placer. Nos necesitamos las unas a las otras y a los otros también. Por eso estoy como consultora del Viceministerio de género, activando, nombrando y conceptualizando nuestra práctica -otras le dicen teorizar-, para que las mujeres nos apropiemos del Feminismo real – el de la realidad- comunitario y revolucionario, que nos traiga el vivir bien también a las mujeres.
O sea, tú, ustedes, no se van a parar en el púlpito, si no que se hacen parte de la Revolución…
Eso, no nos vamos a parar en el púlpito, no. Nosotras no nos creímos el cuento del sistema sobre que “las revoluciones no son posibles”, no asumimos eso de “quedarse tranquilas, cada quien, y reducidas en el lugar que el sistema nos ha adjudicado”. A nosotras no nos basta tener un hermano en el gobierno, queremos cambiar el sistema y construir desde nosotras una nueva sociedad. Y no nos es suficiente ya el Feminismo Autónomo. Claro que sí, somos autónomas, ya y ¿qué más? No nos vamos a quedar mirando cómo pasan los procesos revolucionarios por nuestras narices, nosotras sí nos mezclamos, nos embarramos, nos arriesgamos en los procesos revolucionarios, nosotras vamos a estar en ellos… ¡Qué "son machistas los indígenas"? Sí. ¡Qué "el pueblo es machista"! Sí. ¡Qué "el Evo es patriarcal"! Sí… Y ¿nosotras no? ¿No somos machistas nosotras? La verdad es que tenemos muchas contradicciones y lo que sí es seguro es que no queremos ser machistas, pero eso no es lo mismo que No Ser machistas. Creemos que el Evo es un símbolo importante y que no es lo mismo el indio Evo que el gringo Goni, y también estamos seguras de que muchos movimientos sociales vamos a ir más allá de Evo.
¿Cómo construyen todas ustedes desde el Feminismo Comunitario que nos has mostrado?
Nosotras hemos sexuado la Comunidad, el concepto chacha-warmi que es la complementariedad para los aymara, lo hemos tomado y lo estamos girando sobre su eje de tal manera que ya no sea “mujer debajo del hombre”, mujer “su complemento”, sino mujer y hombre, uno al lado de la otra, por eso hablamos de warmi-chacha. Y no estamos hablando de pareja heterosexual, no, hablamos de representación política y simbólica de dos miembros iguales de la comunidad. Es la verdadera alteridad. Hemos dicho que no aceptamos que las mujeres –y los hombres- seamos heterosexualizadas por obligación, que no estamos con aquello de si quieres ser reconocida tienes que tener pareja heterosexual, casarte. Esas interpretaciones son herencia patriarcal y colonial. Somos una otra legítima con o sin marido, hetero o lesbiana. Y no queremos ni estamos humillando a los hombres con eso, sólo les estamos mostrando su lugar, que es uno igual al nuestro.
Sobre la CPE, Constitución Política de Estado, y especialmente sobre la nueva CPE se ha hablado bastante incluso se ha acusado traición por las modificaciones hechas ¿qué dices tú?
Que nunca la letra ha sido a favor de las mujeres, ni de las mujeres y los hombres de nuestros pueblos originarios. El español escrito siempre ha sido el lugar en donde nos embrollaron -por eso nuestras madres nos metieron a las escuelas a aprender a leer y escribir el castellano, para que entendiéramos también-. Esta Nueva Constitución y su aprobación en el referendum es simbólica aunque mal hecha, la ha hecho el pueblo y no un grupo de doctores. Y es un punto de partida contra la Derecha. Pero de ahí a decir que la Nueva constitución es la que queríamos o que es lo máximo que se podía lograr, eso es mentira.
¿Sigue teniendo una concepción liberal de la relación entre sociedad y Estado?
Nosotras no reconocemos las modificaciones como válidas, porque no fueron hechas por las y los constituyentes sino por los miembros de partidos, de comités cívicos, todos neoliberales autonombrados. Las modificaciones fueron una salida de urgencia y así lo reconocemos. La derecha lo que quería era joder, crear dificultades. Lo que se hizo no es válido para fundar el país, son intentos de reciclar el Estado Liberal, pero no nos vamos a quedar así cruzadas de brazos, ya tenemos un plan para las nuevas reformas aclaraciones y precisiones que hay que hacer. Y también, por qué no, preparar un nuevo proceso para redactar, en un futuro cercano, Nuestra Constitución comunitaria.
La lucha sigue y el proceso en nuestros cuerpos y pensamientos también. ¡Quién dijo que era fácil hacer la Revolución!... Yo aprendo cada día que la Revolución en Bolivia además de ser insurreccional es paciencia, porque la insurrección responde a la paciencia de respetar y articular procesos comunes y largarlos cuando sea el momento.
¿Cuál es la figura de un Estado en una propuesta de revolución comunitaria?
Nosotras no queremos Estado, el Estado es la invención del Liberalismo occidental y sirve a privilegios de un grupo. En este momento se habla de Estado comunitario, eso está en los planes del gobierno, pero nosotras consideramos que es parchar una tela vieja con un tejido nuevo. Nosotras como Asamblea Feminista proponemos otra forma de organización social sin Estado y en su lugar la Comunidad de Comunidades.
¿Cómo hablas de Violencia contra las Mujeres en la Comunidad…?...
La violencia hacia las mujeres no es sólo hacia las mujeres, si nos entendemos mujeres y hombres en Comunidad, si entendemos que somos parte de una unidad: la Común-Unidad, entonces ¿cómo explicas que una mano golpee a la otra? o ¿que un pie agarre a patadas al otro? Si somos Comunidad los golpes a unas, nos duelen a todas y a todos. Nos afecta a toda la Comunidad la violación a las mujeres desde niñas a ancianas, no es solo el problema de "una", así aislada…
La propuesta de Julieta -surgida de una Comunidad de Mujeres y de una Asamblea de Mujeres- parece iluminar panoramas feministas latinoamericanos, hasta hoy, algo opacos. Sus sueños hilados trastocan no sólo la normalidad instituida, el neoliberalismo y el feminismo burgués, sino a la academia entera. Cuando habla de políticas lo dice de otras maneras que contienen también otras sustancias: "La Comunidad para nosotras es representación política. No estamos hablando de porcentajes, no planteamos indicadores –los números son mentirosos- hablamos de campos de acción y lucha: el Cuerpo, el Espacio, el Tiempo, el Movimiento, la Memoria…"…
"Una revolución comunitaria es lo que estamos haciendo, la Comunidad de Comunidades. Estamos desarmando el entronque patriarcal –que cuando se funda la República hace cómplices a varones indígenas con varones colonialistas contra las mujeres-. Hablamos de Feminismo porque el Género es sólo una categoría relacional de denuncia que ha sido mal usada. Nosotras, feministas comunitarias, estamos entre las organizaciones sociales que demandan un Estado Comunitario".
Victoria Aldunate Morales
Memoria Feminista, feministas autónomas
 
* Julieta Paredes, "Hilando Fino. Desde el feminismo comunitario". Comunidad Mujeres Creando Comunidad. CEDEC, Asociación Centro de Defensa de la Cultura, La Paz, octubre 2008.
** María Galindo, integrante de Mujeres Creando, coautora con Sonia Sánchez del libro "Ninguna mujer nace para puta". Lavaca editora 2007.

fuente: kAOS en la red. 

miércoles, 16 de febrero de 2011

Guatemala: II Festival Regional por la Memoria



Actoras de Cambio.
¿Por qué hacer memoria en torno a los crímenes sexuales cometidos contra las mujeres durante la guerra?
La violación sexual fue una estrategia de guerra minuciosamente pensada y ejecutada por el ejército durante el conflicto armado interno para someter, desaparecer, masacrar a las mujeres, y masivamente a mujeres  mayas dentro del marco de la política genocida y etnocida del país.

Hacer memoria sobre estos crímenes sexuales es hacer que existan.

Es nombrar la historia desde las voces de las mujeres en un acto de reafirmación de la dignidad humana. Es romper el silencio y la culpa en los que quedaron atrapados. Es devolver el alma a las mujeres que  sintieron que la habían perdido.

Los Acuerdos de Paz no pusieron fin a la guerra contra las mujeres.

Estamos frente a un nuevo feminicidio en una sociedad postconflicto. La explotación y destrucción del cuerpo de las mujeres está en el centro de la re-organización del control del territorio por parte de los diferentes poderes masculinos y militarizados.

Nombrar la violación sexual es fundamental para romper la impunidad, develar a los agresores, y que los crímenes sexuales no sigan sucediendo.

Nuestra memoria corporal colectiva como mujeres puede convertirse en una historia de rebeldía y desobediencia, de alianzas y complicidades.

Puede procurarnos la energía para erradicar la violación sexual y construir colectivamente condiciones de paz, justicia, dignidad, alegría y libertad para nosotras, y la humanidad en su conjunto.

PROGRAMA:

Jueves 24/2
INAUGURACIÓN DEL II FESTIVAL REGIONAL POR LA MEMORIA

Salón Municipal, Chimaltenango

16:30 - 17:00 Apertura del Festival
17:00 - 17:45 Obra de teatro: “La Siempre Viva”, Mercedes Blanco
17:45 - 18:15 Discursos inaugurales: Sobreviviente q’eqchi’ Rosalina Tuyuc, CONAVIGUA (Guatemala) Yolanda Aguilar, Actoras de Cambio (Guatemala)
18:15 - 19:15 Premiación del concurso de dibujo y cuento corto Recuperar la memoria para que cambie la vida
19:15 - 21:00 Buffet

Viernes 25/2
YO SOY VOZ DE LA MEMORIA


Sitio Arqueológico de Iximché, Tecpán

08:00 - 11:00 Ceremonia Escuela Pedro Molina, Chimaltenango
12:00 - 13:00 Inscripción de participantes
13:00 - 14:00 Almuerzo
14:00 - 14:30 Exposición de fotografías
14:30 - 15:00 Expresiones artísticas de sobrevivientes
15:00 - 16:00 La voz de las sobrevivientes
16:30 - 18:00 Espacio de expresión
18:00 - 19:00 Cierre energético Batukada, Caja Lúdica

Sábado 26/2
RECUPERAR LA MEMORIA PARA SANAR Y TRANSFORMAR


Escuela Pedro Molina, Chimaltenango

08:30 - 09:00 Apertura del día
09:00 - 10:30 Foro: Recuperar la memoria desde las voces de las mujeres
Amandine Fulchiron, Actoras de Cambio (Guatemala) Angélica López, Actoras de Cambio (Guatemala) Lepa Mladjenovic, Mujeres de Negro (Serbia)
11:00 - 13:00 Mesas de reflexión
13:00 - 14:00 Almuerzo
14:00 - 15:30 Foro: Sanar y recuperar nuestro poder colectivo para erradicar la violación sexual Liduvina Mendez, (Actoras de Cambio) Miriam Cardona, (Red de mujeres por la justica económica y social) Ángela María, Jaramillo, (Vamos Mujer, Colombia)Nimisha Nalinkant, (Olakh, India)
16:00 - 18:00 Mesas de reflexión y construcción de mural
18:00 - 19:00 Exposición del mural
20:00 Fiesta

Domingo 27/2
...Y CUERPO DE LA LIBERTAD


Salón Municipal, Chimaltenango

09:00 - 13:00 Foro internacional: Mujeres y Guerra Lepa Mladjenovic, Mujeres de Negro (Serbia) Jessenia Casani, DEMUS (Perú) Génica Mazzoldi, Humanas (Colombia) Karina Sarmiento, Asylum Access (Ecuador)
13:00 - 14:00 Almuerzo Parque Central, Chimaltenango
14:00 - 19:00 Actividades artísticas Teatro: “El Holocausto en Guatemala”, Sandy Hernandez Caja Lúdica “Un Nudo en la Garganta”, Rayuela Música: Banda Feminista Centroamericana Magda Angélica

Taconazo feminista al imperio

 
 
Kaos en la red.
Porque el imperio no es enemigo de otra lucha, sino una de las caras visibles de esa pelea más grande y sistémica que las mujeres emprendemos cuando nos hacemos feministas.

Cuando vuelan zapatazos para tapar la boca de los mentirosos, nosotras no podemos estar ausentes. Cuando la fuerza de una suela es la expresión última de la impotencia, la rabia y el dolor del tercer mundo, nosotras –las mujeres de este otro tercer mundo- no podemos mirar para el lado.
Porque el imperio no es enemigo de otra lucha, sino una de las caras visibles de esa pelea más grande y sistémica que las mujeres emprendemos cuando nos hacemos feministas.
¿Cómo ser feministas sin reconocer la importancia de otros cruces que nos atraviesan, como la clase, más aún en un continente donde la pobreza es evidente y constatable nada más abrir los ojos por la mañana? ¿Y donde las más pobres seguimos siendo las mujeres?
¿Cómo ser feministas sin asumir que la diferencia étnica y el color de la piel es una marca que llevamos de por vida y redunda en inequidades; si vivimos en países donde las etnias originarias son duramente reprimidas y nos convertimos en inmigrantes no deseados, nada más pisar uno de esos países ricos en los que no nacimos?
¿Cómo ser feministas sin comprender lo que significa que con sus experimentos, tecnologías y buena vida, los países del norte destruyan el medioambiente en el que nos toca vivir a todas? Y a nuestras hijas. Y a las hijas de nuestras hijas.
Éstas, no son otras luchas. Son nuestras. Y no será una Hillary quien cambie la historia de nosotras en el mundo. Ni tampoco –y muy a pesar de tanta alegría desatada- un presidente afroamericano quien defienda a las espaldas mojadas que atraviesan la frontera, y son expulsadas, no importando si cruzan porque están desesperadas y no por gusto de las luces y rascacielos que encuentran en el país vecino.
Las feministas tenemos que tomar partido. Debemos hacerlo o nos quedamos en un limbo. Debemos, porque somos sujetas políticas. Y quedarse calladas –ya sabemos- es ser cómplices de lo que no se denuncia.
Restringirnos a los llamados "problemas de las mujeres" es ahogar el potencial de nuestra lucha, es permitir que nos dividan, es no comprender que esos "problemas de mujeres" tienen orígenes múltiples.
Es no querer ver lo en países como el nuestro es más evidente. Que las mismas que somos golpeadas, somos reprimidas por pedir la tierra que nos corresponde, trabajamos enfermándonos con plaguicidas y aún así el dinero no nos alcanza para vivir dignamente.
La lucha feminista es la lucha por la dignidad y libertad de todas las mujeres, y ese TODASse cruza con otras tensiones que pueden complejizar el debate, pero no deben desenfocarnos de lo importante: Hay enemigos claros. Hay divisiones claras.
Allá están ellos, los poderosos del mundo. Con sus millones, su piel blanca, acabando con los recursos naturales de nuestros países para darse lujos, decidiendo por todo el resto, satisfechos cada vez que una de nosotras cruza el mar para trabajar como prostituta aún sin saberlo; cada vez que una de nosotras disminuye la tensión del capitalismo cuando nos quedamos haciendo la tarea que el Estado debiera asumir o asumió en otros tiempos: cuidar gente mayor o enferma, quedarnos a cargo de las hijas e hijos de las amigas o trabajar más que las horas requeridas.
Y en este otro lado estamos nosotras. Con muchos otros y otras que nos acompañan en la gran batalla que protagonizamos queramos o no ser parte. Estamos obligadas a tomar partido desde el día en que nacimos en un país pobre. Y ese deber moral, originado en un dato del azar, se reafirmócuando decidimos llamarnos feministas.
Si en medio oriente le tiraron un zapato a Bush, bien vendría un taconazo feminista en las narices del Imperio.

lunes, 14 de febrero de 2011

¡Uy, las feministas!

CAROLINA ESCOBAR SARTI

 De el tamaño de nuestros monstruos son nuestros miedos. Nos asusta lo que no conocemos, lo que no sabemos, lo que propone quebrar el sacrosanto orden en que crecieron los abuelos, lo que nos saca “de los laberintos de nuestro propio ombligo”, como diría un buen amigo. De ahí que el feminismo suene amenazador aún para muchas personas en nuestro país, aunque, afortunadamente, cada vez para menos.


De entrada, algunas personas me han dicho que no les gusta el sufijo “ismo” en la palabra, porque consideran los “ismos” parte de una moda políticamente correcta, asociada a una ideología que, por supuesto, no es la de ellas. Lo raro es que a esas personas solo les asustan algunos “ismos” de los discursos modernos y posmodernos, porque en la práctica se adhieren o le dan importancia menor a otros como fascismo, machismo, colonialismo, neoliberalismo y racismo, que vienen de tiempo atrás.
Pero dejando las cuestiones estéticas por un lado, a otras personas que, por cierto, jamás han leído nada sobre el feminismo, se les antoja adoptar para sí el estigma que pesa sobre las feministas: todas odian a los hombres y quieren ser como ellos. No cabe duda de que la ignorancia es audaz. Claro que el proceso de maduración feminista ha demandado históricamente romper primero con un sistema de dominación (casi a modo de terapia de shock) que lleva más de 25 siglos de presencia, y que, por su propia definición, tiene a un género en condición de subordinación respecto de otro, pero las generalizaciones siempre nos hacen trivializar asuntos mucho más profundos.
Por ejemplo, la burka, que tiene a millones de mujeres del mundo árabe sometidas a las formas de represión y exclusión más brutales, no es un simple símbolo cultural. Es un símbolo de la opresión. Ahora bien, en un momento de la historia, el conservador gobierno de George Bush, que reprimiera las políticas sexuales y reproductivas e impulsara la corriente del creacionismo sobre el evolucionismo en su propio país, usó la burka para condenar a un país al que le armó la guerra y, con ello, vació de contenido las denuncias feministas que han llegado desde hace años desde distintas partes del mundo, con relación a este problema.
Paradójicamente, cuando Affaire Sohaue, una joven árabe que vivía en las áreas marginales de Francia, fue quemada viva por unos jóvenes, para castigar a su novio, que se había pasado por un territorio prohibido, muchos dijeron que si hubiera tenido la burka, no la hubieran quemado. Así, la burka terminó siendo un símbolo de satanización y protección al mismo tiempo, según la visión de cada quien. Pero las feministas sabemos que, si bien ese velo que cubre todo el cuerpo no puede ser disociado de todas las demás prácticas sociales perversas que se ejercen sobre las mujeres en aquel contexto, también estamos conscientes de que no es el velo el que tiene que proteger a una mujer, sino las leyes de un país democrático que las considere en su condición de ciudadanas.
En el mundo entero, la segunda causa de muerte de mujeres en el mundo sigue debiéndose a la violencia ejercida por los hombres que, generalmente, conviven con ellas en sus ambientes. Eso sería más que suficiente para hablar de un sistema de dominación basado en antivalores como la violencia, el odio a las mujeres y el autoritarismo. Pero de ahí a que todas las feministas odien a los hombres o quieran ser como ellos, la distancia es mayúscula. Hay más odios quizás entre las mujeres no feministas que, como mecanismo comprensible de sobrevivencia, se niegan a decir en recio lo que sienten o que se distancian de las feministas por considerarlas traidoras a su mandato “natural”.
Temas como los anteriores y otros fueron debatidos en un conversatorio que recientemente fuera organizado por Flacso, Pnud, Idei y el Instituto Universitario de la Mujer, al cual llegamos mujeres y hombres. La doctora Annie Sugier, como expositora principal, hizo una exposición cálida, rigurosa y brillante sobre el feminismo. Siendo ella contemporánea y amiga de Simone de Beauvoir, presentó una parte de la película Quiero todo de la vida. La Libertad según Simone de Beauvoir. Nos quedamos con ganas de más, porque nunca basta una jornada para filosofar y aterrizar.

Fuente: Prensa Libre

Sobrevivir al genocidio machista en Guatemala






Por Danilo Valladares (IPS)

“Todo el tiempo me golpeaba la cabeza, me jalaba el pelo, me daba manotazos y patadas. Y me hacía vestir de manga larga para ocultar los golpes; incluso el día de mi boda llevaba un moretón en el brazo”, dijo a IPS Heidi Velásquez en Guatemala.


“Así se le pasan a uno los días, las semanas, los meses, los años hasta comprender el círculo de la violencia que empieza con insultos, luego los golpes, después la luna de miel, más tarde el silencio y se reactiva”, relató al describir los 12 años de convivencia con su esposo-verdugo.

Pese a todo, Velásquez, de 32 años y madre de dos niños, tuvo suerte: encontró fuerzas para buscar ayuda y poner fin a su matrimonio y dejar atrás una historia familiar donde la violencia era la cotidianidad.

En Guatemala, de 14 millones de habitantes, poco más de la mitad mujeres, la violencia machista tiene un saldo escalofriante. El año pasado 46.000 denuncias por estos abusos llegaron al Organismo Judicial, máximo órganodel Poder Judicial en el país.

Pero miles de estas víctimas no han logrado sobrevivir a la barbarie. En el decenio 2000-2010 más de 5.200 mujeres fueron asesinadas como parte de la violencia de género, la mayoría acribilladas a balazos, según la policía.


La cifra rebasa a las víctimas de Ciudad Juárez, la urbe mexicana fronteriza con Estados Unidos y conocida mundialmente por la cadena de feminicidios, los asesinatos por causas sexistas que comenzaron en 1993, y que en 2010 treparon a 306, según las cifras oficiales.

Velásquez ha sobrevivido a la tragedia pero no ha sido fácil. Debe encargarse sola de sus pequeños, de cinco y nueve años; acudir a terapia psicológica y afrontar una disputa legal con su ex pareja, acusada de misoginia, maltrato infantil y otros delitos.

“No me arrepiento de haber tomado esta decisión. Nuestra situación económica es distinta pero no dejamos de comer y tenemos amor de hogar. Ahora respiramos otro ambiente sin sentirnos temerosos o denigrados”, expresó.

Estas luchas pueden conllevar grandes riesgos, como le ocurrió a Mindy Rodas, cuyo rostro fue salvajemente desfigurado a cuchilladas por su esposo, Eswin López, en julio de 2009.

Milagrosamente la joven de 23 años y madre de un niño de cinco sobrevivió al ataque y comenzó de inmediato una batalla legal en busca de justicia. Así, mientras se recuperaba en el hospital, logró que la policía detuviera a su agresor.

Pero la esperanza de justicia le duró poco. Solo días después López fue liberado por el juez. Un escrito falsificado con el desistimiento del caso le bastó para recuperar su libertad.

Rodas no se rindió y buscó apoyo con organizaciones no gubernamentales y autoridades para esclarecer su caso, mientras a través de los medios de comunicación nacionales e internacionales llamaba a la lucha contra la violencia hacia la mujer. Para ello desnudaba su martirizado rostro de la mascarilla con que solía cubrirlo.

Incluso en febrero de 2010 viajó a México para iniciar un tratamiento de reconstrucción facial, aunque después cayó en depresión y regresó a Guatemala.

El 18 de diciembre, Rodas apareció ahorcada y torturada en una zona de la capital, junto al cuerpo de otra joven.

Las dos integraron la cifra de los 680 feminicidios ocurridos en el país ese año. El juicio del caso comenzará el 16 de junio pero Mindy, como ya es conocida por todos en Guatemala, no podrá dar su testimonio. Antes de la justicia, le llegó la muerte. Noventa y ocho por ciento de los crímenes quedan sin castigo, según la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala.

“Me quedé impactada cuando me dijeron que Mindy estaba muerta. Qué triste que aquí no se puedan aplicar las leyes como se debe aún cuando se tienen las pruebas y las agresiones físicas están a la vista”, recordó Velásquez sin resistir el llanto.

Norma Cruz, directora de la no gubernamental Fundación Sobrevivientes, dijo a IPS que “las mujeres deben denunciar cualquier agresión para que sea investigada”.

“Mientras el agresor permanezca en casa, las posibilidades de que las mujeres sean asesinadas aumentan”, señaló esta activista, cuya fundación apoya a la familia de Rodas y a Velásquez.

El costo de denunciar al agresor es alto dado que “muchas deben abandonar su casa, amigos y familiares para evitar ser encontradas por sus parejas y, además, deben afrontar el daño psicológico post traumático”, reconoció Cruz.

Aprietos económicos, atención psicológica y disputas legales son parte de los desafíos que deben afrontar las víctimas, aunque “reciben el apoyo de familiares y amigos”, agregó.

Pero no toda la violencia es igual ni suele enfrentarse de la misma manera.

“Mi violencia no fue física sino psicológica. Fue algo muy sutil pero una piensa que es normal y lo hace todo por los hijos y por no querer cambiar”, dijo a IPS Telma Sarceño, de 52 años. “Se normaliza el hecho que una mujer esté bajo el mando de alguien, de que tenés que hacer esto porque sos mujer, la que nació mujer así tiene que ser y tenemos que cambiar esos paradigmas”, dijo.

Con ese propósito Sarceño y otras siete mujeres víctimas de la violencia de género montaron en 2010 la obra teatral “Las Poderosas”, en la cual reviven sus historias para denunciar este problema.

“Al principio sentí miedo por mostrar al público lo que yo había pasado. Pero conforme va pasando el tiempo es todo más gratificante. Sobre todo por el mensaje que llega para cambiar vidas”, dijo Sarceño, consciente de que su caso no es el más atroz.

Fabiola Ortiz, directora de la gubernamental Coordinadora Nacional para la Prevención de la Violencia Intrafamiliar y Contra las Mujeres, dijo a IPS que “hace 10 años ni siquiera se creía que la violencia contra la mujer era un problema”.

Aunque se trata de algo “muy complejo relacionado con las relaciones desiguales de poder entre el hombre y la mujer”, la funcionaria cree que ha habido avances.

“Hoy hay credibilidad de la existencia del problema, contamos con una ley Contra el Femicidio, las instituciones están creando mecanismos para enfrentar el tema y las mujeres están denunciándolo más”, detalló.

Ortiz explicó que su trabajo va más allá de coordinar políticas públicas para atender a las víctimas. Su institución promueve cambios en el imaginario social a través de campañas de información y educación.

Pero reconoce que es una tarea cuyos resultados toman tiempo. Mientras, los medios de comunicación reportan un primer mes de 2011 donde los feminicidios siguen su inclemente ritmo, se ha registrado una violación diaria en algunos distritos y las víctimas y sus familiares se suman a la lista de quienes no encuentran justicia.(FIN/2011)

Genocidio con saña

Susana Chiarotti, abogada argentina que integra el Comité de Expertas de Seguimiento de la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, ha denunciado a IPS que en América Latina “estamos prácticamente ante un genocidio, y además oculto”.

“Si se matase a la misma cantidad de personas por ser de una etnia o grupo especial, por ser negros, judíos o indígenas, la gente reaccionaría de otra manera. Pero son mujeres y la sensibilidad desgraciadamente decae”, alegó.

Gladys Acosta, jefa para América Latina del Fondo de Naciones Unidas para la Mujer, planteó a IPS que la comunidad internacional “debe movilizarse ante el carácter de epidemia de los asesinatos en razón de género en Guatemala”, que además, como ejemplifica el caso de Mindy Rojas, están marcados por el ensañamiento.

“Muertas con decenas de cuchilladas, víctimas con cuerpos desmembrados, es una saña atroz contra las mujeres”, remarcó la especialista peruana.

http://www.ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=97489


domingo, 13 de febrero de 2011

Así, el amor viene mal nacido


de Margarita Pisano,
(Libro inédito)

Si experimentamos con nuestra imaginación, podemos crear un sistema amatorio distinto. Para esto, es necesario profundizar en un análisis crítico de cómo estructuramos nuestras relaciones dentro de la dinámica del dominio y sus ideas, de cómo proyectamos en el ser amado una suerte de poder mágico de darnos la felicidad, desresponsabilizándonos, de esta manera, de nuestra vida y nuestras búsquedas de equilibrios y sabidurías. Esta especie de "felicidad eterna" y de varita mágica nos toca sin la intervención de nuestra voluntad; luego, devienen las grandes decepciones, que resolvemos sacrificándonos "por amor"... alienándonos.


El concepto de amor viene de un acumulatorio de culturas entrecruzadas que han estado fundamentadas en la hegemonía masculina y sus ideas de dominio. La idea de propiedad sobre las personas construye la macrocultura en la que los seres humanos son transables. Este orden simbólico del amor trae consigo puro sufrimiento, ya que conlleva la contrapartida del odio-amor, que no puede dar como resultado una sociedad basada en el respeto. Se construye sobre el amor fantasías que el amor no posee: el amor no es comprensivo, honesto, fiel ni tampoco un lugar de derechos humanos. Todas estas condiciones las tienen o no las personas por sus valores y creencias culturales, ¿cómo vas a tener una relación horizontal con alguien cuya pulsión cultural es dominarte?


El amor está simbolizado en el sistema parejil y reproductivo (maternidad); se sitúa dentro del mundo del matrimonio-familia-consanguinidad con su proyección de fidelidad y para toda la vida; es una especie de corralito que atrapa de una u otra manera. De vez en cuando, aparece el deseo de libertad y de saltar las vallas. La sociedad ha tratado de regular estos "escapes" a través de los divorcios, pero con la proyección de un nuevo matrimonio, esta vez sí eterno y con el futuro concreto del cuidado del uno por el otro en un concepto de vejez como desecho. Efectivamente, los matrimonios que traspasan ciertas edades terminan cuidándose el uno al otro, pero con un cuaderno de cuentas pendientes, que aprovecha la debilidad del poder del varón, reducido al espacio doméstico, aunque con las aureolas del poder público.


La simbólica del amor está instalada dentro de la irracionalidad: "perdí la cabeza (y el cuerpo) y no tenía nada que ver conmigo", este toque de perder la cabeza es el romántico amoroso. Así se arman estereotipos de personas: las amadas, relatadas en la literatura, en el cine, en las tapas de las revistas y en las telenovelas; y las otras, las rechazadas... las feas. Todas -las amadas y las rechazadas- en la in-felicidad de la escasez de amores... odios.


La lectura superficial de quien no accede a esta in-felicidad parejil, es la imagen y, aún peor, la autoimagen de una persona solitaria y a medias, nunca completa. Ante esta perspectiva la gente se queda aferrada a una pareja por el miedo de transitar por estas soledades y que significan, para lo establecido, el sin sentido del vivir. Este mundo social está pensado y sostenido en lo parejil-marital, por lo tanto, un ser solo, sin pareja establecida empieza a ser un "apartado". Así, el amor viene mal nacido y en estas condiciones es el lugar de la violencia, física, intelectual y psicológica. Entendido de esta manera, el amor es el gran espacio de las decepciones, de las ilusiones nunca alcanzadas.


En realidad, no nos completamos en nadie. Ni nada nos quita esta dimensión única y maravillosa de ser completas y en sí mismas. Si esto no se descubre, siempre se estará corriendo detrás de alguien o de "algo", esté al lado o no; es el deseo de tener-poseer para completarse. Si esto no se descubre ni se rediseña, mal podremos organizarnos con otros valores y deseos.


El definir y dominar la reproducción, la sexualidad, la vida y los cuerpos ha sido parte importante de todos los sistemas de poder existentes. Esta importancia del amor en la vida de todos no es igual para el hombre que para la mujer. Justamente es en este espacio "amoroso" en el que se enseña que el varón tiene derechos sobre la mujer; es en este mundo de los afectos donde aprendemos a amar y a odiar al mismo tiempo, en el que aprendemos a amar a quien nos domina en un falso discurso de igualdad-propiedad. Al varón se lo socializa para dirigir el mundo; a las mujeres, para amar. Se nos dice que tenemos la maternidad como futuro, por eso, creemos que -por esencia- somos las que sabemos amar. Este hecho y toda la forma de entender el amor está, consciente e inconscientemente, en el orden simbólico en el que vivimos, donde confiamos más en las creencias mágicas -divinas y naturales- que en la capacidad humana de comunicarnos, relacionarnos, entendernos y respetarnos.


A pesar de que varones y mujeres tenemos cuerpos sexuados diferentes, uno tiene tomada la capacidad de lo humano: el pensar y el crear, la historia y el futuro; la otra sólo es un dato natural "colaborante". Este es el sistema masculino, masculino-femenil, simbiótico e indivisible.


SIN SUBIRNOS A LA HISTORIA HEROICA DE LOS VARONES EN LA QUE YA ESTAMOS INCLUIDAS, cada vez que las mujeres nos adentramos en lo pensante y en lo creativo, en hacer historia desde nosotras para tener proyectos de futuro, se nos marca como masculinas y traidoras de la feminidad y de los designios de nuestro cuerpo. Qué mejor que traicionar la feminidad si es la manera de salirnos de esta macrocultura masculinista.


Nada más triste que las mujeres sigan diciendo, ahora, desde lo público, "y ya no desde la cocina", lo orgullosas que están de ser femeninas, paseándose en velos como en los mercados de esclavas, admirando el taco alto que realza sus piernas, interviniendo su cuerpo para cumplir con el concepto de belleza femenina, de grandes glúteos y pechos falsos y falsos labios gruesos, ojos de falsos colores, pequeñas narices respingonas, pómulos y mandíbulas disminuidos; mientras, el "gran avance" es hablar de los hombres como los hombres hablan de las mujeres, como cuerpos-objetos fraccionados, comestibles. De la feminidad no rescato nada; de la masculinidad, tampoco, ni de lo pensante-creativo estructurado sobre su lógica de dominio. Lo pensante-creativo nos pertenece a todas y a todos, y podemos ejercerlo para inventar algo realmente distinto a lo "mal" creado hasta ahora por la masculinidad.


jueves, 10 de febrero de 2011

Cuando decimos autonomía, sabemos de lo que estamos hablando


Por: Andrea Franulic
Fuente: www.mamametal.com (Marzo 2009)
El feminismo prepara un encuentro más desde la institucionalidad1, cada vez más amarrado a los intereses patriarcales, in crecendo después de Cartagena (1996), en ese retroceso patético que Pisano califica como las nostalgias de la esclava.2 La autonomía Ni Ni prepara un paralelo, propio de ese lugar que Lidid califica como la marginalidad institucionalizada 3.
Tanto uno como el otro son expresiones del feminismo institucional, del feminismo patriarcal. Esto se reconoce en sus respectivos discursos globales, los que manifiestan una determinada ideología feminista, que se puede interpretar a partir de lo que las feministas dicen y hacen. En este sentido, la división que cruzó el debate de los años noventa entre un feminismo institucional y otro autónomo, aún existe; la diferencia radica en que hoy el autónomo se expresa en voces individuales y, según mi entender, solo articuladamente –y proponiendo un avance- en el Movimiento Rebelde del Afuera que formó Pisano para sobrevivir a la absorción que padeció la autonomía.
A principios de los noventa, las Cómplices (Sandra Lidid, Edda Gaviola, Ximena Bedregal, Margarita Pisano) afirmaron públicamente la separación por corrientes de pensamiento, soslayando todos los intentos patriarcales de fragmentación sectorial e identitaria. El discurso de la división en tendencias ideológicas es clave en este contexto. Es justamente el mínimo común ideológico que constituye a la corriente autónoma y que deja en evidencia a la institucional. Y es el discurso que más irritación provoca en los diferentes sectores feministas que se conforman en la década, porque contrarresta el inclusionismo político y el tópico de la diversidad, que permitieron y permiten las representatividades autoconcedidas, la falacia de que existe un solo movimiento feminista latinoamericano y, especialmente, el acceso de las feministas a los centros patriarcales de poder y de producción de cultura, borrando –al incluirlo- y, al mismo tiempo, utilizando los conocimientos, de ese otro feminismo que deconstruye al patriarcado desde sus raíces.
De manera más profunda, el discurso de la separación en corrientes desestabiliza los cimientos del patriarcado al convocar a las mujeres por su capacidad de pensamiento, es decir, por convocarlas a salirse de la feminidad, y esto genera, en las mismas mujeres, toda clase de resistencias de diferente naturaleza. Pero la corriente autónoma no solo convocaba a pensar, sino a pensar autónomamente y, en este caso, salirse de la feminidad implica necesariamente la construcción de un proyecto de mundo esencialmente distinto al patriarcal, cuya ideología se lee a sí misma como única y universal, o sea, no se ve a sí misma como ideología, se ve como el conocimiento verdadero.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Democracia sin nosotras


Ileana Alamilla
Cuando hablamos de nosotras se levantan escozores y se empieza a especular qé es lo que queremos ahora.
Son diversas las reacciones, algunas descaradamente machistas, otras encubiertas, y los retardatarios de siempre sacan a relucir sus trillados argumentos para descalificar lo que decimos. Si reivindicamos participación en espacios donde se toman decisiones, resulta que nosotras “debemos ganarnos ese lugar”. Si exigimos equidad en los salarios, se nos exige súper excelencia; y si queremos aspirar a puestos de elección popular, hay que lanzarse casi a un coliseo romano a ver quién sobrevive a la osadía de tener semejante aspiración. Leones y gladiadores nos escogen como presas.
Simplemente en el lenguaje se evidencia el rechazo a cualquier demanda elemental de reconocimiento a nuestra existencia como mujeres, la que es sostenida usualmente por hombres y respaldada por algunas de nuestras congéneres. Ni modo, así nos tocó conquistar nuestros derechos y nuestros espacios y lo seguiremos demandando.
Es oportuno, en esta “pre campaña” electoral, tácitamente aceptada por todos, aunque el Tribunal Supremo Electoral haga la pantomima de amenazar o imponer sanciones, empezar con nuestra cantaleta en cuanto a la composición de los listados de participación para los puestos de elección popular, tanto para diputaciones como para las corporaciones municipales.
Y no estamos inventando nada. El año que se fue dejó una lamentable inequidad de género en el Congreso, empezando por su junta directiva, integrada exclusivamente por hombres, situación similar a la del 2009. Pocos escaños fueron ocupados por mujeres; sin embargo, las escasas diputadas, con excepciones, tuvieron un excelente desempeño.
El Ejecutivo también hace gala de machismo. No hay ninguna ministra, con la salvedad de la titular de la Secretaría Presidencial de la Mujer, que tiene ese rango, aunque habrá de reconocerle al presidente que por lo menos tuvo la acertada decisión de colocar en puestos claves a profesionales que han tenido un excelente desempeño, entre ellas a Karin Slowing, en Segeplan, y Lilly Caravantes, en la Sesan. En la Corte Suprema de Justicia también hay una sola magistrada y una en la Corte de Constitucionalidad.
Estrenan puestos Claudia Paz y Paz, en el Ministerio Público; Nora Segura, en la Contraloría de Cuentas, cuyo servicio será puesto a prueba este año; y después de turbulencias repite Blanca Stalling en el IDPP. En las gobernaciones departamentales hay cinco mujeres; no hay alcaldesas.
Seguramente los detractores de la búsqueda de la equidad y de las acciones afirmativas temporales a favor de las mujeres responderán que no hay a quién poner, que no tienen el nivel, que carecen de compromiso partidario, que son muy conflictivas, que son autoritarias, que lo quieren todo regalado, que se niegan a participar en política y mucha basura más para justificar este necio sistema que se resiste a los cambios.
Sin embargo les doy la razón en algo. Nosotras tenemos una alta participación en organizaciones de mujeres y en otras de carácter cívico, y muy poca en política partidaria. Este es el verdadero reto: romper los mitos y prejuicios, atrevernos a asumir una opción política con la que tengamos afinidades ideológicas para iniciar una nueva lucha y derrotar los estereotipos.
Entonces la democracia empezará a ser realmente representativa.
Guatemala, 24 de enero de 2011

Fuente : Cerigua.