Heidy Gressy
Naik Madera
Es un largo camino el que han
recorrido las mujeres para lograr trasladar su arte de los ambientes privados a
los públicos, así como para el lograr el reconocimiento por su trabajo
artístico. Trabajos que les han valido para ahora ocupar un espacio
merecidamente ganado en el ambiente artístico. Es por eso que, no podemos
hablar del arte actual en Guatemala, sin mencionar los nombres de varias
mujeres que están trabajando, proponiendo y transformando constantemente el
arte en nuestro país.
Al hablar del arte actual diremos
que en este momento vemos con esperanza la creciente participación de mujeres
en los diferentes ambientes artísticos, tal es el ejemplo de la creciente
cantidad de mujeres artistas que están llenando las salas de exposiciones o de
teatro o de la cantidad cada año mayor del Festival de mujeres artistas Ixchel,
que inició hace cuatro años con setenta mujeres artistas y que este año cuenta
con mas de cuatrocientas, en diversidad de ramas del arte y que además exhibirá
en Guatemala y Quetzaltenango por mas de 23 días en total, lastimosamente la
cantidad de artistas indígenas no es abundante, mas si significativa.
Cuando vemos la participación de
las mujeres indígenas en estos espacios, notamos que no es equitativa a la
cantidad de participantes, pero sin mayor análisis es fácil observar que la
realidad económica afecta notablemente esta realidad, pues poderse dedicar a
realizar arte es una condición difícil
en un país como Guatemala, donde no hay una industria cultural que sostenga
sistemáticamente la creación artística, aunque si se reconoce la gran cantidad
de mujeres artistas en tejido, alfarería, etc. y se reconoce que muchas veces
logran comercializar su trabajo artesanal.
Aunque esta claro que se necesita
de un mayor esfuerzo para rescatar,
reconocer, valorar y proyectar este trabajo hacia la sociedad, han habido
algunos apoyos institucionales desde la Red de Artistas indígenas que
aglutina la Unidad de Desarrollo Artístico Cultural de Pueblos Indígenas del
Ministerio de Cultura y Deportes, del Aporte para el Desarrollo de la Cultura y
las Artes (ADESCA), y algunos apoyos de organizaciones como lo son la Red de
Arte Intercultural Nim Kat Be, el Colectivo de Mujeres mayas Kaq´la, con su documental
Magias del Alma, entre otros, haciendo
esfuerzos significativos para lograr fomentar, visibilizar y apoyar el arte
indígena en general, pero también el de las mujeres.
Las mujeres indígenas traen consigo
una vasta carga cultural ancestral, que acuña sus trabajos, pues es una
constante observar como utilizan recursos desde su cosmovisión para realizar su
arte, y es lógico producir desde este contexto, cuando en el origen se
encuentra la divinidad Ixchel, la creadora, y las mujeres han venido viviendo
en ambientes de arte como el tejido y la alfarería, cuando han aprendido desde
pequeñas a apreciar y respetarla naturaleza y su belleza, a desarrollar la
paciencia y la delicadeza para los detalles, cuando han visto en sus familias
pintar los paisajes o cantar las historias que vivían o acompañar los
acontecimientos de su vida con marimba, tun o chirimía.
Quisiera reconocer a algunas de las
artistas iconos en el arte indígena guatemalteco tomando como antecedentes a
Rosa Elena Curruchiche, Joaquina Lastro Luis y María Elena Curruchiche, como
las primeras expresiones femeninas de pintura popular kaqchikel. Artistas
indígenas populares que rompieron con la costumbre tradicional de una actividad
masculina. y que posteriormente, las inquietudes artísticas de estas tres
pintoras, fueron seguidas por otras mujeres indígenas, quienes reconocieron el
talento artístico y se interesaron también en pintar, formándose posteriormente
el grupo de pintoras Kaqchikeles de Comalapa[1].
Quienes con la necesidad de
instruirse en el campo del dibujo y de la pintura buscaban al inicio de los ochentas, poder transmitir a
través de las obras de arte, las historias orales que contaban sus antepasados
y las que al momento del inicio del grupo, les fueron contando las personas ancianas
del lugar. El grupo de pintoras Kaqchikeles de Comalapa inicialmente se
denominó Pintoras Surrealistas Kaqchikeles, estando ya integrado por Paula,
Estela y Adelina Nicho Cúmez, María Nicolasa Chex, Angélica y Berta Mux y
Margarita Roquel[2]. y posteriormente, la incorporación al grupo
de María Elena Curruchiche, logran apoyo de Alemania y su embajada y realizan
varias exposiciones en ese país y en el nuestro, así como con la UNESCO otra en
La Antigua Guatemala. Realizando hasta el momento mas de veinticinco
exposiciones y recibiendo la condecoración de la Orden Nacional del Patrimonio
Cultural de Guatemala en el 2003[3].
Para el arte actual son
significativos los aportes de las mujeres indígenas, y hablar del arte actual
sin mencionarlas sería una total falta de conocimiento de país intercultural.
Quisiera reconocer el trabajo de
Rosa Chavez y Juárez, quien a pocos años después de la mitad de los noventa,
proveniente de Chimaltenango, con 16 años, llega a la ciudad de Guatemala, de
origen Quiché y Kaqchiquel, no tenía la mínima noción de cómo terminaría siendo
una de las más destacadas poetas indígenas de Guatemala, con alta notoriedad en
Latinoamérica, incluso representando al país en importantes festivales como el
de Medellín, en Colombia o apareciendo en múltiples antologías de poesía
guatemalteca[4]. Donde la cosmovisión maya y
la sociedad contemporánea de Guatemala, perfilan los versos de esta poeta.
Entre sus mas importantes trabajos encontramos sus libros: Latir sin descanso, Casa Solitaria y
piedra/Abaj[5]. Actualmente incursiona en
el campo audiovisual.
Otra de las poetizas mas
reconocidas es Maya Cu Choc, q´eqchi´, nacida en la ciudad de Guatemala, con
tres libros publicados Poemaya, La Rueda y
Recorrido, además de poemas en varias antologías y revistas. Ha
participado en lecturas de poesía en Estados Unidos, Nicaragua, Honduras y
Venezuela. En el 2008, la organización Timach (que en idioma maya k’iche’ significa
Tijob’al Mayab’, que traducido al castellano quiere decir Centro de Estudios
Mayas) publicó un
estudio, un directorio y una selección de artistas mayas, señalando cada
capitulo del estudio con uno de los rumbos o puntos cardinales, fue designada
para el rumbo norte, el cual llevó su nombre y su poesía apareció en el libro
conmemorativo. En el año 2011, el Festival Ixchel le hizo un homenaje por su
trayectoria.
Otras poetas que se encuentran en
la publicación u´ku´x kaj, ukuu´x ulew: Antología de Poesía maya guatemalteca
contemporánea son, Adela Delgado, María Elena Nij Nij, Calixta Gabriel Xiquín y
Sac Chumil Blanca Estela Colop Alvarado,
Adela Delgado pop y las anteriormente mencionadas Rosa Chavez y Maya Cu[6].
Entre poetas más jóvenes quizás
este Norma Chamalé Patzán, maya kaqchiquel, nacida en la ciudad de
Guatemala, influenciada por sus hermanos
Rosa Chaves y Humberto Aq´aba´l expresa que “todo lo que hace tiene una
intencionalidad política, sea para la liberación de la mujer o la liberación
del pueblo mayab´; esa liberación abarca la descolonización de nuestro ser,
nuestro sentir y nuestro actuar... para la reflexión, para el cuestionamiento o
evocando a mis ancestras y ancestros“ considera que entre las principales
dificultades que encuentra esta la dependencia económica hacia un trabajo, “eso
se lo atribuyo al sistema capitalista que ve en la creación artística una
amenaza porque sensibiliza el alma y da fuerzas al corazón para la lucha“ [7]. Ademas de poesía ha trabajado en teatro y
fotografía.
Algunas artistas indígenas de la
fotografía son Ixkik Zapil, Victoria Colaj y Ramona Ramirez, esta última de
origen pop´ti, nacida en Jacaltenango, Huehuetenango, quien ademas trabaja con
audiovisuales, ha participado en varias exposiciones individuales y colectivas
y que trabaja recopilando el arte de su
comunidad y busca proyectarlo en la mayor cantidad de espacios le sean
posibles. Otra organización importante para el audiovisual en Guatemala es
Nut´zij, con sede en el departamento de Sololá. Ellas han realizado diversidad
de cortometrajes con temas como discriminación, racismo, entre otros, en el año
2011 fueron Homenajeadas por el festival Ixchel.
En Guatemala hay mucho camino por
recorrer para que podamos vivir la interculturalidad y desarrollar la
sensibilidad hacia el arte, para poder apreciarlo y valorarlo, además de poder
vivir en ambientes de respeto, sin discriminación, ya que muchas de las
artistas mencionaron que son víctimas de esta. Compartiré el caso de la pintora
María , nacida en La Antigua Guatemala, quien pinta
principalmente trajes indígenas y algunos retratos, quién considera su mejor
obra: “el retrato de su madre en el traje indígena propio de su pueblo de
origen, pues le recuerda sus raíces“ y según sus palabras “con sus pinturas
busca expresar la belleza cultural de nuestro país“, es triste e irónico que
ella misma, exprese “en mi niñez por usar traje indígena, sufría
discriminación, por lo que mi padre decidió que yo no usaría“[8]. Personalmente considero
frustrante amar algo, admirar algo y no poder apropiarte de ello.
No quisiera terminar sin hablar de
esta joven rapera de San Cristóbal Totonicapán, Totonicapán su nombre es
Catarina Monzón Alvarado, de 20 años de edad, que ha estudiado recientemente
audiovisuales en Casa Comal y anteriormente formación de MC en Trasciende (AGH, Asociación del Hip-hop en
Guatemala) además de llevar 5 años experimentando con la fotografía, sin duda
una gran promesa para el nuevo arte en Guatemala. Que expresa que compone “a la
mujer, porque estoy cansada de aceptar o callar, ante el machismo sistemático
al que somos sometidas las mujeres. Porque siento que se necesita hablar y
sensibilizar a la gente acerca de esto, no solo con leyes, campañas
publicitarias, u foros, sino también hacer que estos temas tomen un rol
protagónico en ámbitos como la música“.
Que ademas considera que las dificultades para ser creadora están en que
se crea que “el ser artista en Guatemala no cuesta porque el ser artista se ve
como algo cómodo y no como una fuerza resistente. Porque en Guatemala se piensa
que el artista no gana, y por ende no se le paga. Porque hay una tremenda
carencia de espacios y apoyo hacia el arte. Porque el estado no nos da una
seguridad democrática, la cultura no es vista como ente del cambio como
proveedor de seguridad y bienestar. También por lo difícil que es encontrar a
artistas que van en un camino similar al tuyo y con los cuales se comparte una
visión común“[9].
Estas mujeres artistas, están
manifestando su percepción del mundo y su propia esencia, plasmada en algo
auténtico como lo es el arte, que se abrirá como puertas a un conocimiento
milenario de la humanidad que nos de sentido y pertenencia.